27 diciembre 2007

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Sentado, mis oidos no escuchaban mas que la música que salía de la mosca con cola larga introducida, que llegaba hasta el tímpano y lo hacía rebotar sin parar, con el imparable ritmo de The velvet underground. Me paré, ya se anunciaba mi descenso y ya no quería estar más sentado ahí, esa nave tan galácticamente no adaptada a nuestro entorno y que entorpece el ánimo de muchos. Caminaba libremente, pedí fuego a una mujer, que vendía dulces y que solo quería ganarse la vida. Seguí, y en el camino, miles de bichos raros pasaban a mi lado, hombres tratando de ser lo que no pueden ser por naturaleza y que intentan destruir, mujeres que no hacen mas que vender su placer a precio módico y razonable a la ocasión. Todo se ve menos claro, todo se comienza a oscurecer, se cierran las puertas automatizadas, y el número cinco era mi destino, todo mas obscuro, la débil luz del pasillo impedía ver mas allá. Abro la puerta, y una luz golpea mi cara, era el árbol de navidad, que brillaba con esplendor.

18 diciembre 2007

Pendenciero


Me vuelvo violento/el alcohol ya ha machacado mis neuronas/y las ha vuelto contra ti/tu maldito anecdotario/de frases cursi y clichés/de barato significado y poco interés/tu amor no me consuela/ tu odio me libera/y tu accionar pasivo/me frena. Me tiro al pasto/me traga en un dos por tres/y a la luz de dos velas/no muevo ni manos ni piés/con la mortaja a medio tapar/y la sangre coagulada/te veo con un cuchillo escapar. Me has dañado/me haces mal/pero igual te amo y no te puedo olvidar.

06 diciembre 2007

¡Duerme! - Gustavo Adolfo Bécquer

Despierta, tiemblo al mirarte;
Dormida, me atrevo a verte;
por eso, alma de mi alma,
yo velo mientras tú duermes.

Despierta ríes, y al reir, tus labios
inquietos me parecen
relámpagos de grana que serpean
sobre un cielo de nieve.

Dormida, los extemos de tu boca
pliega sonrisa leve,
suave como el rastro luminoso
que deja un solo que muere...
¡Duerme!
(...)
Dormida, en el murmullo de tu aliento
acompasado y tenue
escucho yo un poema que mi alma
enamirada entiende...
¡Duerme!

Sobre el corazón la mano
he puesto porque no suene
su latido, y de la noche
turbe la calma solemne.
De tu balcón las persianas
cerré ya, porque no entre
el resplandor enojoso
de la aurora, y te despierte...
¡Duerme!

05 diciembre 2007

Prueba de Seleccion Universitaria

Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ese que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú
en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan sólo a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
de ti a ti misma.
Y que a mi amor entonces le conteste
la nueva criatura que tú eras.

Pedro Salinas - "Perdóname por ir así, buscándote"